Me asombra y sorprende cada día
cómo funciona la mente de los niños.
Me encantaría conocer los mecanismos
que les llevan a encariñarse con un muñeco viejo y no demasiado limpio
y prestar apenas atención a otro esponjoso y nuevecito.
A sentirse cohibidos ante un conocido de toda la vida
y abrirse en pocos minutos ante alguien recién presentado que les inspira confianza.
A decidir que las galletas que se quieren regalar a los compis de clase
el dia de su cumple,
no sean con forma de flor,
ni de estrella,
ni de libélula...
sino que tengan muy claro que lo que de verdad les apetece,
y lo que a los amigos les va a privar,
son galletas con forma de...
¡¡¡ZANAHORIA!!!
Así de claro me lo dejó Paula cuando,
una vez hecha la masa,
le pregunté cómo quería las galletas para repartir en clase.
Y contestó clara, como es ella.
Sin dudas.
Sin titubeos.
Sin concesiones:
Z-A-N-A-H-O-R-I-A-S
Así que nada.
A buscar un cortagalletas adecuado
- gracias, Esther, por prestármelo -
- gracias, Esther, por prestármelo -
y un diseño bonito.
Colorante naranja y verde.
Una boquilla para hacer las hojas.
¡Y a trabajar!
Aprovechando un sello precioso
que le había regalado hace tiempo,
Paula decoró las etiquetas
que acompañaban a cada galleta.
Conejos y zanahorias.
Y hoy, Lunes de Pascua,
me pareció un día precioso para enseñároslo.
También hoy,
un día después de mi cumple,
he recibido un regalito inesperado
de Montse.
Es un requeteminicosturero de emergencia.
Precioso.
Hecho con mimo.
Y una tarjeta de felicitación muy en la línea de su blog.
¡Aquí os hacéis una idea de lo minúsculo que es!
Y por hoy, hasta aquí llego, en la que es mi entrada 101.
¡Feliz Pascua a todas!
un día después de mi cumple,
he recibido un regalito inesperado
de Montse.
Es un requeteminicosturero de emergencia.
Precioso.
Hecho con mimo.
Y una tarjeta de felicitación muy en la línea de su blog.
¡Aquí os hacéis una idea de lo minúsculo que es!
Y por hoy, hasta aquí llego, en la que es mi entrada 101.
¡Feliz Pascua a todas!
Elena